El miedo es una entidad en sí misma, nos paraliza y no nos deja avanzar. El miedo es sobre el futuro, porque ni el presente ni el pasado provocan miedo. Y si de miedo se trata, aquí encontramos a Mario, que siente pánico a crecer, su empresa está paralizada, tiene tanto por hacer que no sabe por dónde empezar. 

 

Esta situación está siempre presente en el diario vivir de una pyme. Cuando decimos construir el bisturí mientras se opera es parte de la realidad que se vive en todas las empresas. La mayoría está inventando su producto y su accionar, y necesita salir a buscar al cliente mientras nada está terminado y funcionando.

Las empresas tienen que lidiar cada vez más con el progreso tecnológico y la obsolescencia, la capacitación del personal, la competencia, el aumento de los costos, las trabas aduaneras, la falta de crédito. Todo esto genera tanto pánico que armar el futuro y crecer se torna cada vez más complejo, pero no se puede avanzar sin construir el futuro.

Para esto primero, hay que trabajar sobre este presente en miras de esa Visión (ver Ámbito jueves 15/10/09) del futuro, pero sin presente real y concreto no hay futuro que sirva. Y el presente es sin miedo, sólo trabajando y cocreando la realidad que la empresa quiere y desea vivir, con la energía puesta en saber y entender que es un eterno y constante «solucionar problemas».

Tener una pyme implica muchas cosas, pero primero es estar bien anclados y conscientes en la realidad, y saber que cuando se viven escenarios cambiantes, las situaciones nos ponen cada vez en un examen de cambio y creatividad. Ese cambio y el enfrentamiento del nuevo escenario es enfrentar que están armando el bisturí, mientras el enfermo (empresa) está esperando en la sala para ser operado.

El empresario debe saber que desde el momento que abrió su empresa se encuentra en un mundo de incertidumbre constante en donde es necesario trabajar sobre los cambios de la realidad, y que estos cambios de realidad sólo se dan hoy, en el presente, entonces el presente no tiene miedo, sólo tiene acción, y acción concreta y correctiva. Estas acciones se llevan a cabo sin culpa, ya que lo que pasó sólo sirve para aprender, nada de esto se puede corregir hacia atrás y sólo se puede accionar en el presente.

Necesidades

Veamos una situación concreta: la empresa necesita crecer, aumentar su facturación, generar mayores ingresos en sus clientes actuales, poder aumentar sus precios de acuerdo con la inflación. Para esto necesita implementar nuevas tecnologías, nuevos mecanismos de control, capacitarse, inventar, entrar en licitaciones, invertir en nuevos procesos. Pero ¿se puede todo junto? ¿Hay capacidad para todo? ¿Está la empresa sana y con energía para hacerlo?

Aquí viene el gran dilema: ¿qué hacemos? Si no se actúa a tiempo, la empresa tiende a desaparecer. Bien, ante todo hace falta coraje y prepararse para enfrentar este presente y ver en él la oportunidad como una nueva realidad que nos lleva a esa Visión. Sin prestar atención a este presente no podemos trabajar y alcanzar ningún futuro posible y construible.

Equipo

La única forma de poder trabajar el presente y construir un futuro mejor es tener claro que sin equipo no se puede accionar y sin cultura alineada, las tareas no se pueden modificar ni construir. Construir un equipo alineado lleva tiempo, es el bisturí en construcción constante, pero lo más importante es saber que también se puede construir un equipo mientras operamos.

Pero para que esto sea posible, el presente es la operación más importante y es la que define el día del cambio en la organización. El cambio en un presente continuo que lleva a la empresa a su eterno futuro.


Nota publicada en Diario Ámbito Financiero el 13 de Noviembre de 2009